Caracas tiene uno de los peores transportes públicos de América Latina, lo que ayuda a que el Coronavirus y otras enfermedades, también lleguen a los que viven en una burbuja
Carmen Guédez-Da Silva - 21 10 2021
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| No hay paradas porque no hay normas |
Un tema recurrente -en Aquí, Caracas- es el tema del transporte público en la ciudad capital porque es uno de los más atrasados del mundo, comparable con el transporte en Cuba. Esto no lo sabe el que tiene un carro para moverse por la ciudad, pero sus empleados lo padecen y son foco, innegable (y sin quererlo), de contaminación de Covid-19 y otras enfermedades. Al final, la enfermedad llega a todos.
El metro, como sistema de transporte masivo en Caracas
Se sigue usando, pero cada día, quien puede, prefiere caminar a entrar en un vagón del metro porque han ocurrido explosiones en distintas estaciones y la gente tiene miedo de vivir una catástrofe que les puede costar la vida en vista de que el Metro de Caracas dejó de servir.
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| Foto: El Estímulo |
Tarde o temprano, la tragedia -en el metro caraqueño- será inmensa, porque se ven llamas mientras un vagón está en marcha. Esto no es nuevo y va a empeorar. No hay mantenimiento en lo que fue un sistema de transporte a la altura de los mejores del mundo. Hoy, es un lugar de alto peligro que hay que evitar usar.
En los llamados autobuses, el atraso persiste
Son buses muy viejos y con poca capacidad de pasajeros. Al empeorar el metro, el transportarse, en esos autobuses, va en aumento.
Los choferes conducen mientras hablan por el teléfono móvil, colocan música a todo volumen y si tienen uniformes, van con éstos sucios. No contentos con eso, algunos separan la cabina del chofer con cortinajes propios de burdel barato.
En Caracas siempre se tuvo la mala costumbre de que, a los pasajeros, se les permitiera ir colgados en la puerta de un autobús que va lleno. Nunca ha existido una autoridad que ponga el foco en semejante barbaridad tercermundista. Imaginen, por un segundo, lo que eso significa, en tiempos de Coronavirus, donde el distanciamiento es obligado para parar el contagio.
Aunque no hay un sistema de salud porque en los hospitales no hay nada, a nadie parece importarle lo que ocurre en el transporte colectivo. No sólo es el peligro de contagiarse de Covid-19, también hay contagio de piojos y otras enfermedades. Esto tampoco es nuevo. Antecede al Coronavirus. Alguien mueve la cabeza y pasa lo que tiene que pasar, amén de que en el metro viajan muchos indigentes. Es hacinamiento lo que reina en el metro y en el transporte que circula por calles y avenidas.
Abuso sexual
Es de suponer que el abuso sexual también esté presente en el metro o en los autobuses caraqueños. Si ocurrió en un tren en los Estados Unidos, sería iluso pensar que eso no sucede donde las condiciones son las idóneas para los delincuentes sexuales.
Los que buscan el voto en las elecciones de noviembre 2021
En una ciudad olvidada por el gobierno central y el regional, el caos es absoluto. No hay un solo candidato a las elecciones de noviembre 2021 que tenga una propuesta de cambio para el transporte público de Caracas. Se limitan a regalar mascarillas como si sólo, el uso de éstas, resolviera los problemas del contagio en el transporte público.
Qué fácil es contagiarse
El que vive en la ciudad capital -y tiene carro o es político- olvida que una persona, contagiada, le transmite la enfermedad a otra y olvida, también, que la vacuna contra el Covid-19 no evita contraer la enfermedad y que, a pesar de la vacuna, siempre habrá riesgo.
Cada vez que llega la empleada doméstica o el obrero que arregla un problema de humedad, con ellos puede llegar el contagio de cualquier enfermedad, porque esos trabajadores pertenecen a las clases más vulnerables, las que viajan en transporte público. Los olvidados por los que miran a otro lado cuando se habla de los problemas para transportarse cuando no se tiene un vehículo propio porque no hay dinero para comprarlo, porque no se sabe conducir o por cualquier otra razón.
El carro no salva
Aunque se tenga carro o se sea político o empresario, siempre se estará expuesto a las enfermedades contagiosas.
Las personas ignoran lo propensas que están, aún dentro de sus propias burbujas y los demás no les importan. Es un sálvese quien pueda.
Eso es propio de las sociedades que no se preocupan porque todos vivan bien. Comunidades donde nadie se coloca en el lugar del otro o donde se cree que lo malo sólo le sucede a los demás, en este caso a los que viajan en vagones de metro o automóviles para transporte de pasajeros.
Sólo desde la empatía se puede entender el problema, porque Venezuela no tiene una cultura de transporte público.
Aquí, Caracas
Instagram: @aqui_caracas
Se agradece el apoyo -en Instagram- a la #CampañaCívicaDeAquíCaracas para los que quieren una mejor ciudad
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